El edificio forma parte de un palacete del siglo XVII comprado por el entonces canónigo de la ciudad, Pedro Cavero de Espinosa. En la actualidad, es patrimonio de Aragón de segunda categoría por ser uno de los pocos edificios que conservan la arquitectura típica aragonesa de su época, con estilo napolitano.
Cuenta con un patio posterior, de unos cien metros cuadrados, que linda con la muralla de Teruel.
Además de la bonita escalera de principios de siglo XX, el edificio cuenta con un ascensor para acceder a las dos plantas de apartamentos.